La mayoría de hipotecas en España están referenciadas al Euribor. Se trata de una tasa de intereses que se calcula a nivel europeo y que fluctúa constantemente. Los bancos, cuando conceden un crédito, por regla general, exigen en la devolución el pago de ese euríbor más un diferencial. Un préstamo a euríbor+1 significa que tiene los intereses del euríbor y un punto extra. Esos intereses se revisan cada año, en los que se actualiza (y con ello la cuota mensual a pagar), según la cotización del euríbor. La cuestión es que ante la variación constante del euríbor, en muchas hipotecas se incluyeron cláusulas techo y cláusulas suelo. Significaba que el banco incluía en los contratos unos topes máximos sobre los que los intereses no crecerían aunque el euríbor subiera por encima (claúsusas techo) y unos topes bajo los que los intereses nunca podrían reducirse (claúsulas suelo) -Fuente www.abogacia.es-